La codificación de las causas de defunción en México, utilizando la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), tiene una trayectoria considerable que lo que convierte al país en un pionero en la región. México fue el primero en América del Norte en emplear la clasificación de Bertillon en 1893. Desde entonces, la integración y codificación de datos de mortalidad ha sido responsabilidad de las oficinas de estadísticas vitales de diversas entidades gubernamentales, consolidándose hoy en día bajo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Aunque tradicionalmente la codificación de causas de muerte se realizaba centralmente, en las últimas décadas esta función se descentralizó hacia 10 regiones y posteriormente a las 32 entidades federativas, con el INEGI en Aguascalientes liderando la integración, verificación de calidad y difusión de la información sobre mortalidad.
La ampliación de la cobertura de codificación en el ámbito hospitalario fue impulsada en el último tercio del siglo pasado con la creación de las instituciones de seguridad social (IMSS e ISSSTE) y la consolidación de la Secretaría de Salud. Estas instituciones implementaron la codificación de causas de defunción y morbilidad en los hospitales del Sistema Nacional de Salud, contribuyendo así a la generación de datos de alta calidad en salud.
En sus primeras etapas, la formación de codificadores estuvo a cargo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y el Centro Venezolano para la Clasificación de Enfermedades (CEVECE), uno de los centros colaboradores más antiguos de la OMS. Al actualizarse la CIE cada década, el CEVECE, en coordinación con OPS/OMS y la OMS, capacitaba a los países de habla hispana en cada nueva revisión de la clasificación. Los instructores mexicanos capacitados tanto en México como en el CEVECE también replicaron esta formación, instruyendo a codificadores en diversas instituciones de salud durante la segunda mitad del siglo XX.
En el contexto actual, México se encuentra en proceso de transición hacia la CIE-11, una actualización que presenta un enfoque más amplio y que facilita el registro de datos clínicos y de salud de forma digital y estandarizada. Esta transición supone nuevos retos y oportunidades, especialmente en la capacitación de codificadores en el uso de esta versión. El Centro Mexicano para la Clasificación de Enfermedades (CEMECE), bajo la coordinación de la Dirección General de Información en Salud (DGIS), ha asumido el liderazgo en la formación y actualización de codificadores en la CIE-11, asegurando que los profesionales de la salud en todo el país estén preparados para adoptar esta nueva herramienta.
Como parte de este proceso de modernización, el CEMECE implementa sesiones de capacitación específicas y actualizadas, apoyado por la experiencia de la OPS/OMS y otras instituciones internacionales. Este enfoque permite que la transición hacia la CIE-11 sea uniforme y efectiva en los diferentes niveles del Sistema Nacional de Salud, garantizando la calidad y consistencia de los datos de salud y fortaleciendo la infraestructura del país para manejar una base de datos en salud alineada con los estándares internacionales.
La introducción de la CIE-11 no solo refuerza el compromiso de México con la estandarización de la información de salud a nivel global, sino que también establece una base sólida para mejorar la precisión en la codificación y, con ello, la calidad de las estadísticas de salud, contribuyendo de manera significativa a la planificación y toma de decisiones en salud pública en todo el país.
En el contexto actual, México avanza en la transición hacia la CIE-11, una versión que incluye significativas mejoras en precisión y usabilidad, particularmente en el ámbito de la morbilidad. La CIE-11 presenta una serie de innovaciones técnicas que refuerzan su utilidad en los sistemas de salud digitalizados y proporciona beneficios concretos para la seguridad y calidad del paciente. Uno de los cambios fundamentales es la actualización de las reglas de reselección de la "Afección Principal" (de cinco a tres reglas), lo que simplifica el proceso de codificación y reduce errores en la clasificación de condiciones de salud.
Este ajuste facilita un enfoque más claro en la identificación de afecciones que afectan directamente la calidad de atención, permitiendo una codificación que no solo mejora la precisión en el registro de datos de salud, sino que también es más sensible a las necesidades de seguridad del paciente, dado que ayuda a evitar errores en la interpretación de diagnósticos y en la toma de decisiones clínicas.
Para asegurar una implementación eficiente de la CIE-11, el Centro Mexicano para la Clasificación de Enfermedades (CEMECE), en colaboración con la Dirección General de Epidemiología, continúa ofreciendo capacitación en codificación de morbilidad, adaptando sus contenidos para abarcar áreas especializadas como la CIE-O (Clasificación para Oncología). Esta especialización se utiliza para la codificación de tumores, lo que permite al sistema de salud capturar datos más específicos en oncología, alineándose con la CIE-11 para proporcionar un registro detallado de diagnósticos oncológicos y mejorar así la planificación de recursos y la calidad de la atención en esta área crítica.
La CIE-11 no solo proporciona un marco más robusto para la codificación de enfermedades, sino que también permite al personal médico y de salud acceder a datos confiables y actualizados que pueden influir directamente en la calidad y seguridad del paciente. Al mejorar la estandarización y reducir errores de codificación, la CIE-11 contribuye a un entorno de atención médica más seguro y eficaz, en el que los profesionales de la salud pueden basarse en información precisa y completa para tomar decisiones clínicas fundamentadas.
En resumen, la transición a la CIE-11 representa un avance significativo para México en la gestión de datos de morbilidad, con beneficios directos en la seguridad del paciente y la calidad de los servicios de salud, impulsando al país a alinearse con las mejores prácticas internacionales y asegurando una plataforma moderna y eficiente para la administración de información de salud.
La codificación de procedimientos médicos es más reciente debido a que la OMS solamente había promovido una primera clasificación en 1975, la cual no recibió la misma atención que la CIE. Esta situación ha hecho que surjan diversas clasificaciones elaboradas en distintos países, sobre todo por presiones hospitalarias que reflejan la necesidad de contar con este tipo de información para el cálculo de los costos de la atención y los pagos de seguros médicos. La propia OMS ha apoyado el desarrollo de estas clasificaciones, generadas inicialmente en Estados Unidos de Norteamérica, y conocidas como modificaciones clínicas a la CIE para uso hospitalario (CIE-9MC, CIE-10MC) que contienen un volumen específico para procedimientos médicos.
Con la Primera Clasificación de Procedimientos editada por la OMS en 1975, el IMSS llevó a cabo la codificación hasta el año 2000. Las demás instituciones fueron sumándose a este esfuerzo, (la Secretaría de Salud lo hizo a partir de 1995) por recomendación del CEMECE.
En el año 2000 el CEMECE obtuvo del Ministerio de Salud de España una traducción de la Clasificación de Procedimientos de la CIE-9MC, usada en EUA, la cual resultaba más moderna que la de la OMS. Por este motivo, el centro propuso el cambio a esta clasificación y se encargó de la difusión y capacitación para su aplicación en todo el sector. Esta clasificación está vigente en nuestro país, se actualiza periódicamente y el CEMECE obtiene las actualizaciones tanto del Ministerio de Salud de España como de los EUA. No obstante lo anterior, las necesidades crecientes de información de nuestras instituciones ha planteado el efectuar actualizaciones más frecuentes e incorporar más procedimientos de los que nos dan las actualizaciones por el procedimiento habitual, lo que implica efectuar una revisión de esta clasificación.
La Clasificación Internacional de Intervenciones en Salud (CIIS) es una herramienta clave para estandarizar los registros de procedimientos e intervenciones médicas, complementando la CIE-11 en el marco de los sistemas de salud modernos. Como Centro Colaborador de la OPS/OMS, el CEMECE lidera la adopción de la CIIS en México y la Región de las Américas. Actualmente, el CEMECE participa activamente en los Grupos de Referencia de la OMS para esta clasificación, en los cuales se discuten y revisan aspectos técnicos y operativos para mejorar la aplicación de la CIIS a nivel global.
Adicionalmente, el CEMECE colabora con la OPS/OMS en el proceso de traducción al español de la CIIS, asegurando así una implementación homogénea en los países de habla hispana. Este trabajo contribuye a que los sistemas de salud de la región puedan beneficiarse de un lenguaje estandarizado en intervenciones de salud, mejorando la calidad de la información para la toma de decisiones, planificación de recursos y evaluación de resultados en salud. Con esta responsabilidad, el CEMECE reafirma su compromiso con la accesibilidad y calidad en los servicios de salud, así como con el fortalecimiento de los sistemas de información sanitaria en toda la región.
La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), publicada en 2001 por la Organización Mundial de la Salud, representa un enfoque integral hacia la comprensión de la discapacidad y la salud en el contexto de los derechos humanos y la inclusión. En México, la adopción de la CIF ha sido un desafío considerable, marcado por esfuerzos aislados en diversas instituciones. Aunque la normatividad mexicana actual reconoce la CIF como una herramienta esencial para la producción de información de funcionamiento y discapacidad, se requiere un esfuerzo más sólido y estructurado en la formación de usuarios y profesionales en el país.
Es importante destacar que la CIF no fue diseñada exclusivamente para médicos o especialistas en salud, sino que está concebida como una herramienta accesible y útil para todos los profesionales de la salud, incluyendo trabajadores sociales, terapeutas, psicólogos y otros actores clave en el ámbito de la salud y la rehabilitación. Su diseño facilita su aplicación interdisciplinaria, permitiendo una evaluación holística de las capacidades y limitaciones de las personas en un entorno determinado.
Actualmente, México se encuentra en proceso de implementación de la NOM-039-SSA-2023 en materia de certificación de la discapacidad, un avance clave en el uso sistemático de la CIF en el Sector Salud. Diversas instituciones de salud están produciendo información basada en la CIF como parte de los procesos de valoración y expedición del Certificado Electrónico de Discapacidad. Este esfuerzo tiene una relevancia creciente, ya que se espera que, mediante la consolidación del Subsistema de Información sobre Discapacidad como parte del Sistema Nacional de Información en Salud (SINAIS), México logre una mayor coherencia y calidad en los datos sobre discapacidad a nivel nacional.
Desde el CEMECE, como Centro Colaborador de la OPS/OMS, se están reforzando las acciones para promover la capacitación en el uso de la CIF en México. Este compromiso busca no solo el cumplimiento normativo sino también mejorar la calidad de la atención y el respeto a los derechos de las personas con discapacidad. La meta es asegurar que la CIF se utilice como una herramienta de trabajo cotidiano en instituciones públicas y privadas, logrando que su aplicación sea una práctica integral en los sistemas de salud y bienestar en el país.